Bipolaridad femenina

Las mujeres tenemos una bipolaridad consentida, que se manifiesta de forma relativa e inconciente cuando nos miramos al espejo. Los químicos cerebrales se congestionan de forma tal que, teniendo cada día de la semana la misma cara con las mismas ojeras, nos sentimos un lunes lindas y el martes feas. He aquí la laboriosa tarea de las hormonas femeninas.

Imprudencias de habitación

Se presentía que después del invierno algo pasaría. Siempre sucede cuando el frío se va. Fue la maldita humedad, la más vieja de todas las cosas que hay en esta habitación de la calle Panissars, la que el primer lunes de primavera lo intuyó. Fue por la forma en que la brisa entró. Atolondrada, tan atolondrada como cuando el amor está al llegar. Y después fue la cama, que aunque está siempre a treinta centímetros de la realidad, nunca es menos de día. Fue la segunda en darse cuenta cuando el martes a las ocho y veintitrés una luz naranja y demasiado rosa, que no incluía el menú de esa mañana, le sacó el sueño. La lista siguió con el cuadro de las flores, la luz de la mesa de noche, un bolso taiwanes y mis pantuflas. Se intuía que después del invierno algo sucedería, fue el juego a las escondidas y las pequeñas coincidencias. Ella siempre detrás del cristal. Tan obvio, tan premeditable, tan hermosamente fácil. Y entonces fue en el día de las licencias, un domingo, el segundo de la primavera del 2010 en Catalunya, cuando las bisagras se movieron. No fue una imprudencia, siempre algo pasa cuando el frío se va y se abren las ventanas. Y ahí, ante todos y sin reparos ni apuros, con la calma de las ganas atadas, el sol le hizo el amor a la cortina de mi habitación.

Razonamiento femenino

Ando con problemas de realidad, como si estuviese fuera de foco. Sí, desenfocada. Me siento desenfocada. No que quiera ser el foco pero me vendría bien estar algo más enfocada. No me hallo. No me veo. Mira, ¿cómo me ves?. Ves que estoy desenfocada. No se si es el vestido que no combina con estos tacones horrendos o soy yo que directamente no cuadro con la escena. El pelo, estas piernas. No es mi día. ¿Qué es lo que no entendés? ¡Acercate más! Ves que es como si no estuviese. Hoy, o no estoy o estoy fuera de foco. Claro que no me entendés, no me entendés porque no me ves. Dejá. No, no voy a salir. ¿Cómo porqué? No ves que ando con problemas de realidad, como si estuviese fuera de foco.

Problemas de pareja

El divorcio abunda en el cajón de los calcetines mientras los dientes practican canibalismo con las uñas. La cana déspota sobresale del resto, la lengua quiere mudar boca, las rodillas se apuntaron a terapia y el picante le ha declarado la guerra al hígado.
La nariz se siente fuera de lugar en la cara y la teta grande ha dejado de asumir las responsabilidades de la teta pequeña. La vejiga ha sido víctima de un desplante de riñones, y para males, el aparato reproductor está de huelga hasta que el interés vuelva.
Las pestañas se han quedado en la calle por los celos de las cejas, y sin pre aviso el tímpano ha sido desahuciado por la oreja. La columna quiere demandar a la cabeza, el corazón ha firmado un usufructo a favor del cerebro, y las piernas, por el bien de ambas,han decidido caminos diferentes. Los glúteos no pueden verse la cara, el abdomen se ha cansado de la arrogancia del ombligo y los pies, los pies se dieron cuenta que nunca han estado a la par. El cuello se ha cansado de los souvenirs de los labios, los hombros de los cuernos de los brazos y la cabeza de las caricias de los dedos. La frente está disconforme con la actitud de la nuca, los pómulos dejaron de coquetear con el mentón, y los ojos, los ojos ya no lo ven igual. El derecho se ha hecho del PP y el izquierdo ahora vota al PSEO.

Las contradicciones de un tango caminando por Barcelona

Una vez un amigo me preguntó qué siente el inmigrante. Ojala me hubiesen brotado raíces de ceibo en mis dos pies talle 37 para evitarme las ganas de seguir caminando y atravesar solita la Pampa con 20 kilos, un cuadro y un pasaje de ida. Incluso sentí ese día que podía comerme el mundo sin respirar. Al final todos nos imaginamos así, fuertes el día que decidimos ser inmigrantes. Ahora, años después, me pregunto quién soy. Puedo elegir y no es fácil y es fácil a la misma vez. Soy una contradicción constante con acento revelador aquí y allá.
Al final es una curiosidad lo que te hace seguir viaje, la posibilidad de inventarte una nueva biografía que sino la controlas te deja sin tierra. Extranjero aquí y extranjero en Buenos Aires. Pero los sentimientos también se globalizan, se amoldan. Se transforman y se desvirtúan.  El inmigrante quiere de otra forma. Carga muchos días con el peso del amor a la distancia, ese melodrama es su elección. Yo lo elijo. Puede ser que nos guste e inspire la melancolía que brota cuando no se tiene lo que se quiere. Me refiero a la familia, los amigos y mis calles.
Hoy Buenos Aires me retumba a la distancia como un tango atrapado en un eco mientras camino por Passeig de Gràcia. Un sonido que me es mío, nadie más lo entendería. Tan mío aunque pasee por París, alquile casa en Barcelona, trabaje en Madrid o tenga hijos en Ginebra. En mi cabeza Buenos Aires vive todos los días así, en vagas melodías de acordeón que doblan en cada una y todas las esquinas de mi recuerdo. No importa el tiempo que pase. Y si las ciudades en las que habito me piensan insolente tienen sus motivos porque de todas todavía elijo Buenos Aires para dejarme sucumbir.

Gajes de sonámbulo

7:35 am. Suena el despertador. ¿Qué es lo que huele?, ella. Él abre los ojos, se incorpora, respira hondo. Mis sobacos, son mis sobacos. Coño, me bañé anoche, murmura. Volvió a pasar, dice ella. Sí, responde él.

Asesinato en primera persona de un periodista

-Sí, algo así como la proposición subordinada adverbial que expresa la finalidad del verbo principal: yo periodista. Tiene sentido. Primero fue la angustia, le atacó por la cabeza. Un caso raro que solo se diagnostica en periodistas, dijo el doctor, y lo mandó a terapia los martes a las tres y media, sesiones de cuarenta y cinco minutos. La evaluación conductivista fue algo así como un temor opresivo sin causa precisa, pero como estaba angustiado tampoco entendió mucho. -¿Sin causa precisa?, estúpido.
Se ve que la angustia cerebral se transformó en una constante aplastante, incluso después de dos rayas diarias de cocaína y veintiséis semanas de terapia. Antes de ese día, de la mañana en que la señora que limpia se encontró lo que se encontró, llevaba cinco días de insomnio, tal vez seis. Angustia e insomnio, en ese orden dijo el doctor. Lo afirmó dos veces, lo reafirmó. Pero la almohada todavía estaba mojada con un líquido viscoso, como cuando se duerme profundamente con la boca abierta y la baba cae. Estaba mojada del lado izquierdo. Finalmente durmió.
Conjeturas: -Estúpido. En un momento de conciencia retomó aquel pensamiento volátil entre la causa no precisa y la certeza de querer dar un golpe final, los hechos lo desvelan. Darlo o recibirlo. La escena: una patada fuerte en sus testículos de abajo hacia arriba, en el caso de dejar de escribir para él; o, la otra opción, recibir otro puñetazo recto en el estomago la próxima vez que le volvía a pagar por escribir la noticia como él quería leerla. En ese momento lo del insomnio quedó zanjado, diecisiete años durmiendo, evidentemente no tenía sueño. Los mismos diecisiete de experiencia que registra su currículo en aquel sucucho vendiendo sus comas, puntos finales y titulares a un fulano burgués que se dice políticamente correcto.  Eso no hace falta que lo apuntes. Supongo que eso del conductivismo tuvo su efecto aquella noche con lo de dar el golpe final.
No es que estaba todo manchado de sangre, las paredes o el piso. Fue peculiar aquella mañana, en estos sucesos el ambiente se siente tenso, el aire pesado, pero aquí estaba todo calmo. No calmo de suspense sino esa calma que llega con el alivio. Estaba recogido, había cenado, se había duchado. Encendió el ordenador, escribió un rato y puso música. Se tomó un té y supongo que después se desnudó. La hora tal vez era las dos de la madrugada o antes. Cuando entró la señora se lo encontró en la cama tapado hasta la cintura, se lo veía tranquilo. Cuando lo llamó y no respondió encendió la luz del velador, vio la sangre en las sábanas y salió corriendo. Vomitó, pero esos vómitos obvios del momento y llamó a la ambulancia.
Es raro decir esto pero tenía buena cara, incluso buen cuerpo si exceptuamos lo de las manos. Estaban en una caja de cartón sin cerrar sobre la mesa de noche. El corte de la izquierda es más preciso, fue de un solo golpe seco. En cambio la mano derecha tiene varias heridas, creo fue un corte más forzado. Estamos investigando, hay indicios que se usó la puerta del baño para amputar la mano izquierda después de cortar la derecha. -¿Los motivos? Estamos investigando. Creemos que guarda estrecha relación con su actividad profesional. La víctima era periodista y asumo que la amputación de ambas manos fue un saldo de cuentas personal. ¿Quién le cortaría las manos a un periodista? Alguien que no quiere que escriba más. Es secreto de sumario pero sí, dejó una nota.

Nominaciones a los II Premios Revista de Letras

Que emoción fuerte que Bosque de Luciérnagas sea uno de los nominados en la categoría Mejor blog nacional de creación literaria en los II Premios Revista de Letras.

Es una de esas emociones fuertes que ya transformó la candidatura en un premio en sí mismo. La competencia es increíble, estoy alucinando con los otros blogs que compiten y estoy contenta que Bosque de Luciérnagas este a la misma altura. Recomiendo leer y comenzar a seguir El  doctor Frankenstein, supongo, de Jesus Esnaola Moraza; Cuentos de barro, de Antonio Báez Rodríguez; El blog oculto del Caboclo, de José Mª González-Serna Sánchez; y Loulou revisited, de Inmaculada C. Pérez Parra.

Ciertamente estoy FELIZ y GRACIAS!!!!

¡Tu voto me vendría muy bien!
Una vez publicados los nominados toca al público votar el blog que más le guste. El plazo para poder registrar los votos finaliza el 2 de marzo de 2011 (inclusive). Si te parece que Bosque de Luciérnagas merece tu voto, puedes votar en este enlace: http://www.revistadeletras.net/votaciones/


¡Wowwwwwwwwwwww.... que subidón de adrenalina!. Gracias Revista de Letras y a los que me leen (muchas gracias a ellos).

Luciana




¿Remedio calificado?

La vieja argumentaba del otro lado de la puerta que el amor era el remedio calificado para esa dolencia cardíaca que la tenía tumbada moral, física y psicológicamente. ¿El amor?, preguntó como acto reflejo. Prefiero una sobredosis de Ibuprofeno antes que un chute de amor, le respondió. Esa tarde se gastó 278 euros en ropa... el placebo ideal después de tragar dos pastillitas de 600 gramos de Ibuprofeno.

Mala suerte en el amor

El amor me busca y no te encuentro. En el camino pone otras palabras y se que él no siente lo que tu sentirías, pero él está y tu no apareces. No llegas a mí. Te pones lejos y no te encuentro y el amor tampoco a mí. Y me duele todo, desde la mañana hasta la espuma del jabón.
Tus ojos que no me ven que mis manos van solas. Entro y salgo. Viajo y vuelvo. Voy y vengo y no te encuentro. No llegas nunca a mí y el amor insiste en buscarme y yo que no tengo la suerte de encontrarte.
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